martes, 25 de septiembre de 2018

Actividad de reflexión y análisis 1

La película que he seleccionado para esta primera actividad, es Donnie Darko de Richard Kelly. La película se ambienta a finales de los años 80 en un pequeño pueblo estadounidense.

La educación, no es el tema principal de la cinta, pero sí que existe una subtrama sobre los buenos y malos profesores. Todo empieza con la llegada de dos nuevos y jóvenes profesores (interpretados por Drew Barrymore y Noah Wyle) al colegio de Donnie. También se nos presenta a una veterana profesora (Beth Grant) que posee cierta influencia, tanto en el colegio como en el pequeño pueblo. Esta profesora está obsesionada con los vídeos de autoayuda de un famosos orador, e imparte o más bien impone estos valores a los alumnos; con el consentimiento y la complicidad del director del centro.

La profesora Pomeroy (Drew Barrymore), por su parte, da como lectura a los alumnos el libro The Destructors, de Graham Greene y tras una serie de actos vandálicos en el centro, la profesora Farmer (Beth Grant) califica el libro como pornografía y pide que sea retirado de las aulas. Cuando la madre de Donnie pregunta a esta profesora si conoce la obra del autor, Graham Greene, esta responde: "todos hemos visto Bonanza" confundiendo al autor del libro con el actor Lorne Greene y demostrando así su falta de cultura.

A pesar del tremendo ridículo que la profesora Farmer hace en la reunión, el director del centro la apoya totalmente, lo que desencadena finalmente en el despido de la profesora Pomeroy. 

La profesora Farmer es, evidentemente, una mala profesora, pero reconocida por sus compañeros y vecinos (los padres de los alumnos); mientras que la profesora Pomeroy es nueva en el pueblo y aunque quiere proporcionar una educación mejor y más moderna a sus alumnos, se ve obstruida por personas menos válidas pero más reconocidas. Esto supone una crítica a la capacitación de las figuras de autoridad, pero también deja entrever una crítica a aquellos padres que a pesar de no tener ni idea de educación, deciden que están más capacitados que los maestros para decidir sobre la educación de sus hijos.

Mi conclusión final al respecto es que aunque los padres crean saber qué es lo mejor para sus hijos, no siempre están capacitados para saberlo. Esto no quiere decir que no haya ocasiones en las que haya que intervenir, pero se puede apreciar cierto sentimiento de superioridad en algunos padres que creen que el trabajo de educador es algo que puede hacer cualquiera.

Conclusión: Si tu hijo necesita una operación, no le dices al médico como debe hacerla; si tu hijo necesita una educación, no le digas al educador cómo debe impartirla.


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